Hoy, viernes 8 de Julio de 2016, a las 17:03 estoy en el tren de camino a Vigo, todavía me queda una hora por delante de trayecto. Voy hasta allí a hacer una sesión a unas chicas que contactaron conmigo por Instagram. Quería recordar que podéis pedirme sesiones tanto por email, como por Instagram, Whattsapp, Snapchat, ...etc.
Estaba pensando en mis cosas mientras miraba por la ventana (que típico ¿no?) y me he dado cuenta de bastantes cosas. Llevo muchos meses bastante perdida en mi propia vida, sin saber qué hacer el año que viene, a que dedicarme, sin saber lo que realmente me gusta, y cuestionándome mil cosas. He llegado a la conclusión de que ni si quiera yo misma me conozco, y que no dejo de sorprenderme.
Este año ha sido un año muy duro para mí, lo he pasado horriblemente mal, pero también hubo momentos muy muy buenos. Este año me he hecho muy fuerte, tanto por dentro como por fuera. He empezado a cuidarme por dentro comiendo sano, bebiendo mucha agua y evitando cosas dañinas como la Coca-Cola, entre otras. He empezado a hacer ejercicio prácticamente a diario, y a verme mucho mejor por fuera y a quererme más.
Y sobretodo, he aprendido el valor de mis amigos, no de los conocidos, de los amigos de verdad, de los que están cuando ni si quieras quieres que estén, y me he dado cuenta de que en este mundo, ni un 1/4 de la gente que conocemos vale la pena. Por lo menos no para nosotros. He aprendido a perdonar y a valorar muchísimo más cada pequeño detalle.
Desde siempre la gente que me ve por primera vez piensa que soy muy seria, muy tímida, que soy muy callada (dios, cuanto odio que me digan eso). Paso por paso. Yo no soy seria, de hecho soy muy alegre, siempre me estoy riendo y sonriendo, lo que pasa es que eso pasa cuando hay confianza y estoy en un ambiente conocido, donde estoy cómoda y relajada. Si estoy con mucha gente que no conozco, o con la que no me siento cómoda por diversas razones, no voy a ser yo misma. La naturaleza es muy sabia y todos llevamos dentro nuestro instinto animal. Si nos sentimos amenazados en un entorno desconocido lo primero que hacemos es ponernos a la defensiva, encerrarnos en nosotros mismos y estamos en tensión.
Segundo, yo no soy tímida, para nada, simplemente que tengo miedo a meter la pata con cualquier cosa, soy una persona muy nerviosa y siempre he intentado ser lo más extrovertida que pueda llegar a ser, y de verdad, no sabéis lo que cuesta ser extrovertida cuando realmente lo cómodo para mí es quedarme en un sitio tranquila y a mi bola pensando en mis cosas.
Yo no soy callada, la gente que me conoce sabe que hablo, muchísimo, y los que no me conocen deberían dar gracias porque no me haya puesto a hablar porque no sería capaz de parar, jaja. Estoy siempre haciendo el tonto, bailando, cantando, sonriendo, haciendo bromas, y soy muy culo inquieto, siempre tengo que estar haciendo algo y con muchos planes. Cuando no tengo nada que hacer me deprimo, me agobio o me empiezo a martirizar a mí misma con que no estoy haciendo nada productivo con mi vida. Siempre estoy pensando en mis cosas y en mil cosas más, al igual que me paso el día soñando despierta. De hecho, siempre que me han dicho "que callada eres" a lo largo de mi vida, yo siempre contesto "simplemente no tengo nada que decir". Yo opino que es mejor estar callada que contestar cosas que no van a aportar nada o que no son relevantes.
Con todo esto quiero decir únicamente una cosa, este último año he cambiado muchísimo, para mejor o para peor, me esfuerzo todo lo que puedo en ser la mejor versión de mí misma que puedo dar al mundo. Intento luchar a tope contra mi vagancia y pereza infinita madrugando hasta los domingos y durmiendo muy pocas horas. Intento ser responsable y hacer lo que tengo que hacer. En conclusión, que no deberíamos juzgar a la gente antes de conocerla, incluso cuando creemos conocerla no debemos juzgarla, porque siempre nos acabara sorprendiendo. Es imposible conocer a alguien al 100% porque todos estamos cambiando/evolucionando constantemente, nunca somos las mismas personas dos veces, ya sea para mejor o para peor, cada uno hace lo que quiere con su vida. Hay que aprender a pasar de todo lo malo y quedarse con lo bueno de cada persona, contar hasta 30 antes de hacer nada, y no dejar que el primer impulso que se nos pase por la cabeza nos corrompa.