¡Hola a todos! Tenía muchísimas ganas de volver a escribir en el blog y contaros qué cosas han pasado estos meses. Sí, he dicho meses. Para muchos de vosotros se os hará raro que diga ésto ya que he estado publicando cada Domingo desde que abrí el blog de nuevo en Semana Santa. La cuestión es que dejé todos los posts y más escritos en Semana Santa. Hice todas las fotos que pude a lo largo de esa semana, y dejé todo programado, al igual que algunos de los vídeos que hice para mi canal de Youtube, de forma que se fueran subiendo cada semana hasta el pasado Domingo.
El pasado Domingo no hubo post. No quería publicar uno de los muchos textos de inspiración que tengo hechos, ni subir tres o cuatro fotos que tampoco son suficientemente buenas (para mi gusto) por subir. Yo quería contaros mi situación tras acabar el curso de segundo de bachillerato, de una forma totalmente sincera, ya que, éste blog, más que un medio para comunicarme, es mi medio para plasmar mis pensamientos, algo así como un diario.
Tras mucho esfuerzo, estrés, ansiedad, falta de tiempo y motivación, he conseguido aprobar dos asignaturas que más he estudiado y que, aún así, se me resistían. Aún así, no he conseguido aprobar todo y tengo que ir a Septiembre, por lo que también tendré que hacer Selectividad en Septiembre. He estado muy triste tras suspender, pero ya estoy acostumbrada (triste pero cierto).
A lo largo de mi trayectoria por la E.S.O y Bachillerato he suspendido para Septiembre todos los años, excepto en tercero de la E.S.O. Ese verano fue el más aburrido, deprimente y horrible de mi vida. No tener nada que hacer me amarga la existencia, de verdad. La cosa es que los profesores, y demás personas del entorno de los que suspendemos, se piensan que nos da igual, que no nos esforzamos o que no tenemos intención de aprobar. Lo que no saben es que nuestro problema es que estamos A G O T A D O S. Sí, agotados de no tener ni un mes de vacaciones al año durante nuestra vida escolar. No pretendo echarle la culpa a nadie, porque solo nosotros podemos aprobar, no nos van a aprobar por la cara bonita. Está claro. Somos muy conscientes. Pero a veces, el mejor apoyo es no dar apoyo, y no decirnos una y otra vez, cada persona con la que nos encontramos, que tenemos que estudiar, que es nuestro futuro y bla bla bla. Llevo teniendo que escuchar cada día desde que suspendí mi primera asignatura lo mismo, día tras día, una y otra vez. Acabas pensando que eres un fracaso y que no vas a triunfar en la vida.
Mi vida no es estudiar. Mi vida son muchas cosas más, y las notas son solo un número, al igual que los estudios un complemento. Ni tener cuatro carreras te va a hacer más inteligente, ni mejor persona ni te va a dar trabajo. El trabajo te lo tienes que ganar, aplicando los conocimientos que tienes o demostrando las capacidades que tienes. Por eso, cada vez que veo llorar o darle un ataque de ansiedad a alguien que jamás ha suspendido, me doy cuenta de que esa persona, cada vez que tenga un fracaso en la vida, no va ha saber llevarlo. En EEUU valoran mil veces más los fracasos de una persona que los éxitos, y no me extraña.
Con todo ésto quiero decir que el mundo no se acaba en un número. El mundo es infinito. Está lleno de oportunidades y de experiencias. No somos máquinas, no estamos hechos para memorizar millones de palabras que no sabemos qué significan. De nada vale la teoría si no sabemos aplicarla. Así que no os preocupéis los que no habéis conseguido la máxima nota en todo, o no habéis entrado en la carrera deseada, ya que podréis entrar el año que viene, hacer otra, trabajar, pasar el año viajando, y mil cosas más que se os ocurran. Porque lo mejor de todo, es que todo cuenta.